El nuevo paradigma emergente es la competitividad sostenible y responsable. Las PyMEs deben ser competitivas, pero no a cualquier precio, ni de cualquier manera. En este escenario, hay que advertir que no hay auténtica RSE sin un liderazgo responsable.

Para ser realmente efectiva y sostenible, la RSE debe considerarse parte de la estrategia de la empresa y debe formar parte de la cultura empresarial. Esto no quiere decir que no haya otras razones para que la empresa sea responsable ante la sociedad, las hay, y muy válidas, pero para que esa responsabilidad sea sostenible, deben considerarse los incentivos que enfrentan los gerentes en sus actividades y sin duda, que uno de ellos es el incremento del valor de la empresa. Adicionalmente, para que la responsabilidad social pueda arraigarse dentro de las empresas se necesita una base ética bien firme, este es el punto de partida.

Visto así, el directivo-líder se ha convertido en uno de los personajes más significativos en lo que conocemos como “economía circular”, un sistema en el cual interactúan empresa, comunidad, Estado, la sociedad en su conjunto; y donde la concepción pasa a ser sistémica y no lineal. No sólo por la importancia de las decisiones que debe tomar o por la capacidad de gestión que debe demostrar. El suyo es ya un liderazgo social y por ello se espera de él una conducta ejemplar. Esto significa que no debe comportarse como sabemos que nos comportamos todos; se espera que proceda como sabemos que
Deberíamos proceder nosotros.

Para dirigir bien ya no basta con saber administrar y gestionar bien. Es preciso comunicar eficazmente y ejercer un liderazgo integral. Se trata de un liderazgo responsable.

Al hablar de liderazgo, la diferencia entre uno bueno y otro malo está en los valores. Los valores definen siempre el modelo de persona y de sociedad. Al hablar de responsabilidad, el liderazgo apunta a varios tipos de responsabilidades: el líder es responsable ante sí mismo, ante su equipo o colaboradores más cercanos, ante su organización y ante la sociedad. Sin un liderazgo responsable, basado en la calidad humana, capaz de transformar la organización, no hay auténtica RSE.

por Marcela Lepore
Coordinadora Programa Amartya Sen
“Programa Nacional de Formación en Ética para el Desarrollo”
U.N.L.Z.- Fac. Cs Económicas